Nuestra Señora de Harissa
En 1904 el Patriarca Maronita de Antioquía y de Todo el Oriente Elías Hoyek, y el Delegado Apostólico en Líbano y Siria Arzobispo Carlos Duval idearon construir un Santuario dedicado a la Virgen María para perpetuar la memoria de la confirmación del dogma de la Inmaculada Concepción y así evocar el amor de los libaneses a la Virgen María. Este dogma fue anunciado por la Iglesia el 8 de diciembre de 1854 en época del Papa Pio IX . Después de consultar a varios obispos y sacerdotes, los dos prelados decidieron llamar a este monumento «Nuestra Señora de Líbano » y así identificar a la Virgen María en ese país. Esta idea de los prelados -que fue inmortalizada por la historia- tuvo un amplio impacto. Después de discusiones, estudios, y consultas con varios ingenieros, escogieron la región llamada «la Roca» sobre la cumbre de Harissa, colina que da a la ciudad de Jounieh y al Mar Mediterráneo. Está localizada en la vecindad de la Embajada Apostólica -Legación Papal- y cerca de la residencia del Patriarca Maronita en Bkerke.
En la cumbre de Harissa se colocó la Piedra Fundamental del Santuario en el año 1904. La estatua fue hecha en Lyon – Francia por el arquitecto Gio utilizando bronce moldeado y luego pintado de blanco. Fue realizada en siete secciones que luego fueron ensambladas en la cima de l pedestal de piedra. Su color blanco le da un gran esplendor y claridad. La estatua de la imagen tiene una altura de ocho metros y medio, un diámetro de cinco metros pesando quince toneladas. La imagen representa a la Virgen María estirando sus manos hacia la capital –Beirut- como si dijera: » Vengan a mí, creyentes y saciense de mis bendiciones «. Los libaneses cuentan que la Virgen bendice a los que viajan en el mar hacia todas partes del mundo y también bendice al que regresa a su tierra. El pedestal de la estatua fue construido de piedra natural del Líbano, tiene una altura de 20 metros, una periferia inferior de 64 metros y una periferia alta de 12 metros. Para alcanzar la cima es necesario subir 104 escalones. En la base del pedestal se erige una pequeña Capilla dedicada a Nuestra Señora de la Luz. En el patio del Santuario esta grabada una cruz en piedra y en una esquina hay ubicada una imagen de la Virgen Maria con Jesús en sus brazos (recordando la imagen de La Piedad) que está rodeada de árboles y flores cuyo perfume de rosas es característico del Líbano. El pequeño Santuario y el pedestal de la estatua fueron realizados hacia el final de 1907 por el contratista Ibrahim Makhlouf de Ain-El-Rihaneh y supervisados por el Superior General de la Congregación de Misioneros Libaneses Maronitas Arzobispo Chekrallah Khoury , quien fuera Opispo de Tyro más tarde.
De formato cuadrado con 8 metros cuadrados y una altura de 9 metros. En el interior sobre el altar se encuentra una crucifijo de madera de cedro y a ambos lados dos esculturas de igual material. Una de ellas es un tablernaculo grabado sobre madera cuyo contorno representa un cedro y en su interior una cruz que termina en racimos de uvas. En el otro extremo una imagen de la Virgen María representando a Nuestra Señora de la Luz. Esta imagen recorrió todos los pueblos y ciudades del Líbano en 1954. En la entrada del Santuario esta grabado «Yo me elevo como los cedros del Libano».
Terminada la construcción del Santuario, la inauguración fue fijada para el primer Domingo de mayo de 1908. Durante aquel día histórico, delegaciones de todo el mundo estuvieron presentes con sus banderas y fraternidades. La plaza pública y las regiones vecinas fueron atestados de gente. El delegado apostólico Frediano Giannini comenzó la ceremonia religiosa y bendijo la construcción del Santuario y la estatua. Después, su Beatitud el Patriarca, celebró la Misa Pontifical con la cooperación de algunos obispos y sacerdotes.
Durante la Misa, su Beatitud emitió un sermón impresionante sobre el amor del libanés y su devoción notable a la Virgen María y anunció que el aniversario anual de la Señora de Líbano será celebrado el primer Domingo de mayo. La tutela y supervisión del Santuario esta en manos de la Iglesia Maronita y de la Iglesia Latina. Esto fue estipulado en el acuerdo certificado en Bkerke el 18 de enero de 1907. Allí se decidió confiar el servicio y la administración del Santuario de la Señora de Líbano a la Congregación de Misioneros libaneses. El Padre Superior de aquel tiempo (1908) era el Padre Joseph Moubarak.
A partir de ese momento la Congregación de Misioneros Libaneses Maronitas se hizo responsable de la administración del Santuario.
Durante la construcción del Santuario no se pensó que este lugar llegaría a ser el punto cristiano de los países del Oriente.
El amor del libanés en general y del cristiano en particular, hicieron de este lugar santo un sitio de peregrinación.
Sucesiones de delegaciones comenzaron a marchar hacia la montaña sagrada. Creyentes provenientes de Líbano, Jordania, Palestina, Egipto, Países europeos y americanos, y otros. Ellos vinieron para unir sus voces a los ecos de las generaciones que beatifican a la Virgen.
En 1954 se cumplieron 50 años de la construcción del Santuario, celebrándose también el centésimo aniversario del establecimiento del dogma de la Inmaculada Concepción. Durante ese jubileo, el Papa Pio XII envió al Líbano a su representante, el Cardenal Eminentísimo Angelo Roncalli quien fue elegido más tarde por el Colegio de Cardenales como el Papa Juan XXIII. En honor a estas circunstancias el Presidente de la República del Líbano Dr. Camille Chamoun, en presencia del representante de su Santidad el Papa Pio XII coronó en nombre de toda la nación libanesa a Nuestra Señora del Líbano en Harissa, reconociendo oficialmente un derecho que Dios y la historia de un pueblo habían consagrado. Esta solemne coronación fue un acto extraordinario para un país donde la mitad de la población no es cristiana. Desde este Jubileo histórico, ha habido un aumento anual de las muchedumbres que vinieron para visitar el lugar santo, sobre todo en mayo, el mes de la Virgen. Es así, que el pequeño Santuario no era lo bastante amplio para dar la bienvenida a los visitantes piadosos. Aquellos responsables de la administración del Santuario recurrieron a una solución temporal, erigieron una tienda hecha de plástico, madera, zinc en la plaza del Santuario donde se celebraron durante años todas las ceremonias religiosas. Mientras tanto, quienes tienen a su cargo la tutela del lugar se esforzaron en adquirir las tierras vecinas con el objetivo de construir una gran Basílica capaz de congregar a miles de personas.
Historia de la Construcción de la Basílica
La piedra fundamental de la basílica fue colocada por el Patriarca Paul Meouchy el 21 de Mayo de 1970, después de optar por el proyecto del arquitecto Fouad El Khoury. Asistieron la ceremonia el Presidente de la República, el Primer Ministro, el Embajador Papal y un enorme número de ministros, autoridades, figuras prominentes y una importante cantidad de público. El trabajo de la construcción de la basílica fue supervisado por la Congregación de Misioneros Libaneses Maronitas responsables de la administración del Santuario y una comisión ejecutiva. Por entonces el Padre Superior General de la Congregación era el Padre Sassine Zaidan seguido en 1971 de su sucesor el Padre Joseph Endary. El arquitecto fue Sheik Pierre El-Khoury y el constructor Moueen Aoun.El diseño de la Basilica está inspirado en los Cedros del Líbano y en las Barcas Fenicias. La longitud interna es de 115 m y el punto más ancho llega a 67 metros. El techo esta compuesto por 124 franjas a la izquierda y a la derecha, la franja más alta se eleva hasta los 49 metros. Desde el interior de la Basílica se puede admirar la estatua de la Virgen a través de un gran frente de vidrio de 20 metros de ancho con una altura de 42 metros. La elevación del domo de campanas es de 62 metros. La basílica puede contener hasta a tres mil quinientas personas sentadas. En el interior un altar de granito de 5 metros de largo es coronado por un crucifijo de acero de color dorado de 8.5 metros de alto.
El edificio se construyó por encima de la colina como un monumento nacional y religioso perpetuo, dando pruebas claras de la adoración a María profundamente arraigada en la historia del Líbano. En 1997 el Papa Juan Pablo II visitó a Harissa y rezó acompañado de la Juventud libanesa en una multitudinaria celebración, poniendo toda la esperanza “Nuestra Señora del Líbano”.
Maria Gabriela Morales, venezolana, pediatra y cardiologa infantil. Miembro de la Union Cultural Libano Venezolana UCLV 2007 -2008. Actualmente residente en España, trabajando en el área de pediatría y cardiología infantil.